Una Rosa de Cobre

¿Usted cree que las futuras dictaduras
serán militares? No, señor…Los futuros
dictadores serán reyes del petróleo, del
acero, del trigo.
R. Arlt, Los Siete Locos

Un grupo de locos, angustiados, reunidos en el absurdo de una existencia cuyo sentido se unifica en un desquiciado y fútil plan de emancipación humana. Entre ellos, el más existencialista de todos, Remo Erdosain, es también el creador de un invento inútil como el sinsentido que pregona de la vida: una rosa de cobre. Y, en efecto, ¿para qué puede servir una rosa de cobre? ¿En qué se compara con la propia rosa? Tal cosa no es más que una ilusión, una mentira destinada a proveer una fantasía cautivante con la cual, se cree, puede salirse de pobre, de una vida de miseria y carencias. La rosa galvanizada servirá entonces para dar un paliativo, un placebo, con el cual la vida cobraría sentido en la perspectiva de que tal creación, lanzada a una valorización mercantil, podía dar como resultado una riqueza dineraria. Así la rosa de cobre conjugaba, en la obra de Roberto Arlt, el sinsentido de la vida pero también la ilusión y el deseo que en los mismos marcos del sistema sostenían un imaginario de potencial ascenso social. Invento, ilusión, deseo, no ya por la rosa misma, sino por su nueva coraza atribuida. Y, sin embargo, en el nombre de la rosa ya no se encuentra la rosa, puesto que su atributo la dota de un plus que proporciona un camino diferente, abriendo así un espacio de resistencia frente a las condiciones que la propia sociedad impone. Desprovista la rosa de su aura original, ésta parecerá reponer tal falta mediante el simulacro mercantil y que, sin embargo, se descubre en exceso frente a la mera aspiración dineraria. Puesto que aquello que fue presentado como paliativo para la vida, en un sentido aspiracional, se convierte en esperanza, expectativa del amor, crecimiento intelectual y deseo de rebelión por parte de los protagonistas. Así las cosas, el mismo objeto asume múltiples significados que puestos a circular contribuyen a abandonar una postura de angustia, sumisión o derrota. De aquí que, entonces, una rosa de cobre ya no sea meramente una rosa de cobre.

Si Neruda pudo decir de González Tuñón que fue el primero en “blindar la rosa” al unificar la poesía con la política como causa de emancipación de los pueblos y de la clase obrera, podríamos decir que no menos mérito cabría reconocerle a Roberto Artl.

He aquí, luego de semejante digresión, el recorrido que nos permite justificar el nombre elegido para la revista de ADIUNGS, puesto que de lo que se trata no es sólo dotar de un nominativo a uno de los instrumentos del gremio, sino, y sobre todo, otorgar un sentido para la acción en un contexto que a las claras se muestra desfavorable para los pueblos, los trabajadores y todo proyecto que abogue por mayores derechos y mejores condiciones de vida para las mayorías.

De lo último también se sigue el epígrafe que acompaña el inicio de este escrito, puesto que, en un nuevo rasgo de anticipación oracular (no por nada tales palabras se presentan como una reflexión en boca de un personaje llamado ‘el astrólogo’), las condiciones políticas que hoy nos tocan se ubican inequívocamente en un camino de autoritarismo que restringen nuestras capacidades y potencias como pueblo. Sería tedioso repetir aquí los actos de gobierno que, desde diciembre del 2015 hasta la fecha, las nuevas autoridades de la República han descargado contra el bienestar (reconocemos que, muchas de las veces, precario) de los trabajadores y la gran masa del pueblo. Una situación no tan novedosa, pero no por ello menos singular, debido a la legitimidad ganada en las urnas y que da al gobierno, claramente ubicado como representantes del rubro de negocios en que cada funcionario parece haber alimentado su riqueza, que ya no necesita encarnarse en botas y trajes verde oliva (sin perjuicio, aclaramos, de la necesidad de bastones según exijan las circunstancias).

La rosa de cobre es el nombre para é sta nueva etapa, que nos exigirá estar a la altura de las circunstancias y a partir del cual buscamos y deseamos dotar a la revista de un sentido que trascienda (aunque sin abandonarlo) su objetivo gremial inmediato. Por todo esto, una rosa pero de cobre, una rosa blindada, que nos ayude a transitar con el mismo compromiso de lucha de siempre esta nueva situación en la que trágicamente nos hemos embarcado como pueblo y como país.