Revolución en loop

Entrevista a Lucas Rozenmacher

La Rosa de Cobre [LRC]: ¿Cómo surge esta idea de la instalación Loop Revoluciones [LR]?

Lucas Rozenmacher [L]: Bueno, lo más fácil es pensar que este año se cumplen los 100 años de la Revolución Rusa. La pregunta de qué significó para mí en relación con cuestiones poéticas y estéticas, además de cuestiones materiales. La Revolución Rusa fue un proceso de transformación que permite entender los límites del arte, en la medida en que extremó la posibilidad de que el arte fuera parte de una acción revolucionaria, de una acción militante, que hasta ese momento, para mí, había estado bastante difusa… En la época de las vanguardias, el arte moderno del siglo XVIII, XIX y principios del XX, tendía a pensar que el artista era un bohemio, era un loco, un soñador. La Revolución Rusa rompe con esa idea, del arte como desmaterializado y dice: ¡no! El arte tiene una implicancia de transformación social…

LRC: ¿Y vos cómo estableces esa relación entre arte y política en LR?

L: Conviene hacer un recorrido previo a la obra LR. La idea del proyecto Loop, que incluye ya cuatro proyectos, es trabajar sobre los modos en los cuales se interrelacionan las personas y como las palabras terminan determinando condiciones de vida, relaciones, formas de percibir el mundo. Mi primera experiencia fue en 2006, en un proyecto del que participé, que era parte de una muestra que había organizado el proyecto Venus. Era una muestra colectiva, en donde yo había armado una fotonovela, con múltiples entradas de lectura. Lo que hice fue filmar a la gente leyendo la historia de dos patos de hule que se habían enamorado, desengañado, traicionado, que iban teniendo como conflictos. Hice un registro audiovisual sobre esas lecturas de la gente para ver cuan condicionados estábamos para leer, para ver cómo armaban la historia y que conclusión sacaban. Después hice un segundo armado, que se llamó Ver como lees, que era lecturas de poemas, algunos poemas míos y también de otros poetas. La gente leía, a veces sola, armaba cadáveres exquisitos, iba construyendo lecturas de poemas. Y nosotros grabábamos esas lecturas. Finalmente, hubo un tercer loop, en el 2010 y que fue sobre la Revolución de Mayo.

LRC: Aparece la idea de revolución…

L: Sí y ahí hicimos un barrido de frases o de palabras muy simbólicas para la historia argentina, como discursos de Moreno, San Martín, pero también de Perón, Evita o políticos más modernos como Cristina o Carrió. Tenía cosas de la Revolución de Mayo, pero nos interesaba ver cómo se procesaba la revolución de mayo 200 años después. Ahí se mezclaban con discursos más actuales, con frases tales como “vienen por el agua” y cosas así que constituyen parte de la discursividad de la política argentina. Se puede ver cómo cada uno se apropia de la discusión sobre la Revolución de Mayo, porque todos se reivindican a su modo herederos de la historia argentina y la Revolución de Mayo. Entonces el proyecto Loop tiene que ver con esos dispositivos, en los que vengo trabajando desde hace diez años, entre palabra oral, palabra escrita, registro audiovisual y construcción de sentidos.

LRC: Por lo que contás estas distintas experiencias dieron lugar a proyectar LR. ¿Qué te llevó a elegir la instalación cómo forma? Por ejemplo, en LR no hay interacción con el público.

L: En realidad si hubo interacción, pero fue previa a la muestra, que se hizo a través de las redes sociales, y la instalación tiene y replica muchas frases, fotos. Usé Facebook y otras redes, tiraba consignas, preguntas y frases todos los días. Respondieron alrededor de 300 personas algunas veces con frases, otras con fotografías, imágenes, stencil, tapas de diario, lo que fuera. Por ejemplo, hubo una que mandó material de una revista brasilera que decía “haga su propia revolución porque el Che se murió”. Salieron un montón de frases así. Fui recolectando y decidiendo qué cosas quería poner. Como también tengo mi veta sociológica, fui buscando regularidades: la palabra revolución, como significante va modificándose con el tiempo y a la par de que implica lucha, transformación, también se vacía de contenido de lucha, se la vuelve naif, romántica, alegre, si está la “revolución de la alegría”, de hecho en la muestra hice varios “mundos”, conjuntos que distinguen para mí los usos y valores del término revolución. Un “mundo colectivo”, mundo de la revolución, de la transformación y otro al que llamo “mundo Osho” que es un mundo individual, introspectivo, pasional, de cumplir con un deseo individual más que de pensarse como un ser colectivo.

LRC: ¿Por qué Loop?

L: Para recuperar la idea de Hegel, y de Marx, del movimiento de la historia en forma de espiral, que se va repitiendo y que esas repeticiones nunca son iguales y van generando nuevas idas y vueltas. También me interesaba recuperar un poco la idea de la cultura pop de volver al ready-made. Hacer una acción y otra y otra y más allá de que nunca se vaya repitiendo igual.

LRC: En LR hay un mundo individual y otro colectivo, con distintos recursos como fotos, poemas, filmaciones, canciones… pero la instalación también tiene cebollas…

L: Sí…[risas]…porque la cebolla me sirve como metáfora de la revolución, además de la alusión a la poesía de Hernández, porque – al igual que ella – la revolución tiene capas, capas de tensiones y no es rica sino ácida porque la revolución en el momento de producción es compleja. Nadie se puede sentir cómodo con la revolución. La revolución trastoca las fibras más básicas de la vida cotidiana. Ahora que estamos viviendo la “revolución de la alegría” donde se nos habla todo el tiempo de vivir sin tensiones, de vivir un mundo interior, de encontrarse uno mismo, de encontrar los chakras…y te meten en un mundo tan interior, tan propio, tan personal, tan único que te des-sujetan de la sociedad. De hecho la frase que había puesto de Osho es “la única revolución es la del espíritu; es individual. Y si millones de individuos cambias, entonces la sociedad cambiará como consecuencia, y no viceversa. Tu puedes cambiar la sociedad y tener la esperanza que los individuos la cambiaran”, es decir que para él si cada uno de nosotros nos modificamos a nosotros mismos, eso impacta en la sociedad, todo el mundo es mejor y ya todo se modifica, es una revisita del hombre nuevo pero por combustión espontánea muy parecido también al discurso que tiene Macri.

LRC: ¿Una idea zen de la revolución?

L: Sí, aunque sea un orientalismo berreta, una mezcolanza de principios orientalistas pero tomados y resignificando bajo un lenguaje hecho por occidentales que culmina en una apropiación superficial de tradiciones complejas y que sirve al vaciamiento de la palabra revolución. Pero al mismo tiempo construye nuevos sentidos.

LRC: Lo interesante es que tomando todas estas tramas, la idea del mundo Osho, el mundo individual, revolución de la alegría – con independencia de cuan conservadoras pueden ser todas estas cuestiones – no dejan de estar atravesadas por el criterio moderno de la revolución. Con independencia de si la palabra se vacía o cambia de contenido, en su origen el término revolución sólo atañe a una vuelta a los inicios, como en la física o la geometría, no tiene un contenido de futuro. Entonces, ¿que tiene la modernidad que incluso para negarse a sí misma sigue apelando a la transformación de la revolución?

R: Me parece que hay que juntar las ideas de revolución y evolución, me parece que se suman. Porque tienen gran capacidad para retomar otra idea bien moderna que es la del progreso y la evolución con su carga positiva…pase lo que pase. Entonces, cualquier tipo de cambio, sea cual fuese – si recuperar las instituciones del Estado o recuperar principios meritocráticos –, se hace siempre pensando hacia adelante.

LRC: También hay diferentes sentidos que se ponen en referencia a la historia argentina que se actualiza en el sintagma de “revolución de la alegría”. Por ejemplo, el golpe de Uriburu fue llamado “revolución” y luego la “revolución libertadora” o la “revolución argentina”. Hubo que esperar hasta la dictadura del ’76 para que los regímenes militares no se asumieran como revoluciones ¿qué ves de continuidad o diferencia con esto?


L: Cierto, la última dictadura rompe con ese esquema de atribuirse como característica para sí la palabra revolución, pero me parece que esto hay que pensarlo en el contexto en que este golpe ocurrió. Argentina estaba en un proceso histórico de mucha conflictividad militante y política en donde los grupos que se autodenominaban revolucionarios pujaban con mucha fuerza y convicción contra las derechas de entonces, por decirlo de modo simplificado, y en ese momento, bajo esas condiciones, me parece que no podían arrogarse los responsables civiles y militares de dicho golpe que estuvieran realizando una revolución, Cuba, China, Libia, la experiencia de El Salvador posteriormente me parece que no les dejaban margen para que se apropiaran del concepto Revolución. Yo creo que los últimos años las palabras fueron perdiendo el sentido que originalmente tenían y que no sólo el macrismo usa las palabras revolución y transformación social de una manera liviana.
Tanto la posverdad como otros conceptos me parece que le quitan el bulto al significado, creo que todos los conceptos e ideas se han flexibilizado de alguna manera se les ha quitado corporalidad para volverse puro significante vacío en donde la posverdad es se termina constituyendo como un modo de pensar el desarrollo político y vital en donde debemos volver a pensar el mundo de manera colectiva, entendiendo que la territorialidad y la corporalidad de las redes no alcanzan para poder intervenir y transformar y allí es donde entra la dicotomía planteada en Loop Revoluciones entre dos mundos, el “mundo colectivo” y el “mundo Osho”, en el primero es necesario pensarlo como materialidad tangible y vital y el otro es el que queda para el espectador cómodo y gozoso.

Loop Revoluciones hasta ahora tuvo tres montajes durante 2017
Centro Cultural Sábato mes de Mayo.
XII Jornadas de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales UBA mes de Agosto
ADIUNGS, inauguración del nuevo edificio, mes de Noviembre.

Ficha técnica:
Performers: Lucas Rubinich, Pedro Rozenmacher, Angel Jara y Lucas Rozenmacher
Video, edición y selección de textos: Lucas Rozenmacher
Maquetación de Facebook
Diseño y maquetación de fanzines e imágenes: Lucas Rozenmacher
Colaboradores: Alesia, Carla, Jimena, Leandro, Maxi, Paola, Julian, Carlos, Ernesto y muchos más.
Idea y realización Lucas Rozenmacher