Número 14
Salud
Las políticas del macrismo en el sector de la Salud
Entrevista a Jorge Yabkowski
El sector de la salud no se vio exento de las políticas de ajuste sistemático del gobierno de la alianza Cambiemos: traslado de recursos de la clase trabajadora al sector privado de la salud, la degradación del Ministerio de Salud a una simple Secretaría, entre otras medidas. En diálogo con Jorge Yabkowski, Presidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) -que reúne a profesionales y trabajadores de la salud- y Secretario del Interior de la CTA Autónoma, explica las características particulares de las políticas en el sector de la salud de la gestión Cambiemos, y sus efectos en la sociedad. Además, desarrolla cuáles son las propuestas para el futuro, desde los distintos sectores que intervienen en el debate.
¿Qué características tomaron las políticas del gobierno sobre la salud y cuáles fueron sus efectos en la sociedad?
Las principales políticas del macrismo sobre el sector salud fueron: el aumento de la pobreza, la exclusión y la disminución del salario neto de la mayoría de los argentinos, básicamente del sector asalariado formal e informal y de los jubilados. Tenemos que ver el tema en la dimensión de determinantes sociales que fue donde el macrismo más actuó. Si miramos el sistema de atención sanitaria, la única política pública de cierta relevancia fue la Cobertura Universal de Salud (CUS), una política de cartón porque no es más que la continuidad de los planes focales de los 90 y desde el año 2000 el SUMAR y el NACER. Los planes focales que nos puso el Banco Mundial durante todo este siglo y donde la CUS es una vuelta de tuerca política e ideológica para consolidar la focalización y favorecer al sector privado, y también negociar con la dirigencia sindical empresarial a la cual le cedió formalmente la administración de la CUS con el decreto 908/16.
Diríamos que el recorte en el sector público de salud fue importante con disminución de aportes a todos los programas y faltantes permanentes y cíclicas de vacunas, medicamentos anti HIV, anti tuberculosos, programas de salud sexual y reproductiva producto de una intervención del Ministerio de Economía fáctica sobre la hoy Secretaría de Salud. A nivel simbólico rebajar Salud de Ministerio a Secretaría implica la política. Si fuera por ellos el Ministerio de Salud de la Nación debería ser apenas una Dirección nacional que controle la vacunación y algunos otros programas.
El ajuste en el Estado Nacional y las provincias tuvo particular impacto en el hospital más grande de la Argentina donde desarrollaron una política de agresión antisindical y antilaboral con 1300 despidos hacia las organizaciones sindicales combativas como la CICOP y el STS. Fue el paradigma de la persecución antisindical en Argentina no igualada por ninguna otra jurisdicción. El balance es que la salud de los argentinos no mejoró durante el la etapa macrista. La leve disminución de la mortalidad infantil se dió por el aplanamiento que viene llevando esa cifra durante los últimos 30 años pero todavía muy lejos de evitar el 5 por 1000 de la mortalidad que tenemos y que todavía es un flagelo para nuestros indicadores sanitarios.
¿Qué es la CUS y qué sucedió con ese proyecto?
Analizando un poco más la CUS, es la política del Banco Mundial y del capital financiero internacional. Parte del capitalismo financiero filantrópico desde comienzos de los 2000. La idea apareció en Bellagio, Italia, donde quien sucede la Fundación Rockefeller en 2001 y de algún modo vino a reciclar y reemplazar las políticas del Banco Mundial de los ´90, sobre todo el documento en materia de salud del año 1993. Porque estas políticas focales dirigidas solo hacia los más pobres, muy elementales, básicamente la atención primaria de la salud, no tuvieron buena prensa. Entonces lo que se hizo fue adecuar el discurso, no hablar del universalismo mínimo. Enchufar desde las craneotecas del Banco Mundial la CUS en la agenda de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y luego de eso ponerla en la Asamblea de la OMS en 2005, voto por unanimidad de todos los países, incluido el nuestro, y en 2012 en la Asamblea General de las Naciones Unidas donde se le dió la santificación a la CUS para todos en el 2030, que la consignó hoy el BM. Básicamente es salud pobre para los más pobres y que del resto se ocupe el sector privado. Y esto, de alguna manera, que nosotros veníamos viviendo con el NACER, se lo consolida como política pública de Estado con el decreto 908/16 pero que no ha tenido un impacto serio en las políticas de aseguramiento hoy en la Argentina. Algunos avances en algunas jurisdicciones de la historia clínica electrónica pero poco más.
¿Cuáles serían para vos las principales y más urgentes medidas qué deberían tomar un próximo gobierno para recomponer la situación y entender la salud como derecho?
En la Facultad de Medicina hubo un debate muy importante y visiones, yo diría, contrapuestas. Es decir, mientras el sector sindical nos planteó que lo más urgente era recomponer las obras sociales y su financiación que están evidentemente desfinanciadas como resultado directo de la caída salarial frente a un aumento de los costos realmente importante; nosotros sabemos que ese dinero de los aportes de los trabajadores y los patrones van a la caja de la seguridad social, terminan financiando al sector privado de la salud y al complejo médico industrial.
¿Qué nos planteó entonces el sector sindical en las mesas de la Facultad de Medicina? Que la prioridad era la compra estatal de medicamentos para bajar los costos, es decir, consolidar la compra global de medicación y aplicar la AGNET, es decir, la Agencia Nacional de Tecnología Médica que fue una exigencia de la CGT para avanzar con la Reforma Laboral, disminuir la judicialización de las prestaciones y de alguna manera en conjunto con el sector privado, bajar costos y derechos.
Otras propuestas surgidas también en el debate fueron diametralmente opuestas. La agrupación Rolando García planteó con claridad que la solución al tema medicamentos pasaba por la producción pública más que por las compras consolidadas, y el desarrollo de la producción pública tiene que ser la política de estado más importante, ahí hay un contrapunto interesante.
Y respecto a las prioridades, qué hacer con los recursos escasos que va a tener el próximo gobierno en función de los acuerdos con el FMI, dijo uno de los sanitaristas más importantes de la Argentina en los últimos 50 años, el doctor Escudero, que lo que tenía que hacer el gobierno que asuma en los primeros 100 días es dar un “shock” de servicios públicos gratuitos para demostrar a la población que verdaderamente hay un cambio en el sector salud. De alguna manera, esto fue reforzado por Magdalena Chiara (investigadora docente de la UNGS) que planteó que la tarea central del Ministerio no debería ser la de rectoría, y ahí hay un debate muy importante. Que el Ministerio de Salud tenía que tener capacidad política y financiera para empezar a llenar los baches brutales que existen entre jurisdicciones, que son motivo de sus reflexiones y estudios en el Instituto del Conurbano en la Universidad Nacional de General Sarmiento y que demuestran abismos entre municipios, entre provincias, entre territorios que solo pueden ser subsanados con una política pública unitaria y no federal. A decir de Mario Roble, “el federalismo en Argentina en salud es una verdadera falacia”. Así que esos fueron los contrapuntos más importantes en el debate y augura para el próximo gobierno una batalla muy importante por el sentido central de las políticas públicas de salud.
¿Qué te pareció lo más significativo del encuentro por la salud que se realizó el martes 30 de abril en la Facultad de Medicina?
Justamente lo más importante para mí es que hubo visiones muy contrapuestas: las que tenemos compartidas con los compañeros de Soberanía Sanitaria, del Partido Socialista, de Barrios de Pie y de las organizaciones sociales que conformamos la Multisectorial por la Salud, decimos que coincidimos más que nada con la visión que nos planteó Escudero: un shock de servicios públicos gratuitos, producción pública de medicamentos, derogación de la CUS. Es decir, realmente entrarle a las políticas focales y restitución de la categoría de Ministerio, entre otras medidas importantes.
Otras visiones hicieron foco en mantener la fragmentación del sistema, apuntando a un hipotético rol de coordinación llamado “rectoría” del Ministerio de Salud y refinanciar al sector privado por la vía de refuerzos financieros a la seguridad social. Así que creo que el macrismo, obviamente ya tomó su opción de refinanciar al sector privado y profundizar la privatización en salud. En el nuevo gobierno evidentemente la salud va a ser un tema en disputa.
Otro tema muy importante es que se planteó la pobreza como uno de los determinantes sociales más fuertes de la era macrista, pero nadie se refirió, excepto la FESPROSA, al otro gran determinante social que es el extractivismo: el fracking, la megaminería y el modelo sojero con agrotóxicos son un gran determinante social de enfermedad, no solo del modelo capitalista dependiente, extractivista que tiene la Argentina. Y seguramente encararlo, es decir, encarar la transición de, por ejemplo, las energías fósiles a las energías renovables no contaminantes, y encarar la transición del modelo sojero con agrotóxicos a la agroecología, tiene que ser una meta de cualquier gobierno progresista hoy no solo en Argentina sino en toda la región. Y de todos los expositores la FESPROSA fue la única que planteó esta agenda y creo que es un tema muy fuerte que tendríamos que debatir a futuro.