Balance político de un año agitado

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Nuria Yabkowski es Secretaria Adjunta de ADIUNGS. Fue Secretaria General de 2016 a 2022. Socióloga y Magíster en Investigación en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Es Investigadora Docente en el área de Política del Instituto del Desarrollo Humano y docente de la materia Política.

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En la última revista de este 2018, y habiéndose cerrado la paritaria salarial, corresponde realizar un balance que tenga en cuenta el saldo económico y político de la lucha y la negociación más larga de los últimos años. Los datos duros probablemente sean conocidos, pero vale la pena un rápido repaso. La paritaria salarial contiene un 24 a un 26% de aumento (desde titulares a ayudantes de primera), constituido por un aumento del 15% del salario básico en 3 cuotas (5% en mayo, 5.8% en agosto y 4.2% en septiembre), el nomenclador que alcanza los valores estipulados en el CCT, y finalmente, con el salario de octubre, un adicional remunerativo (se realizan sobre este valor todos los descuentos) y no bonificable (por lo tanto no computa para el plus por posgrado o por zona desfavorable) que varía según la antigüedad de cada docente. Incluye dos cláusulas de revisión (no automáticas) para los bimestres noviembre-diciembre (por lo tanto, la reunión debería realizarse a mitad de enero) y de enero-febrero (reunión en marzo). La Comisión Directiva de ADIUNGS promovió en la asamblea el rechazo a esta oferta por comprender que el adicional no bonificable abría la puerta hacia la fragmentación del salario, y por no contemplar un mecanismo certero contra la pérdida de poder adquisitivo frente a una inflación que ya supera las proyecciones de 42%. La asamblea votó el rechazo a esta oferta por unanimidad. En el Plenario de Secretarios y Secretarias Generales de la CONADU la oferta fue aceptada por 18 gremios que votaron a favor, 7 que votamos en contra y 2 que se abstuvieron (y algunas ausencias). Ahora bien, un balance de la paritaria alcanzada supone una evaluación de la correlación de fuerzas y del momento de la lucha en el cual nos encontrábamos a fines de agosto.

Vale la pena entonces hacer un repaso de nuestra lucha, en el marco de un gobierno que se mantuvo intransigente durante todo este tiempo. Durante el primer semestre desde ADIUNGS tuvimos 9 paros, 3 en abril, 5 en mayo y 1 paro en junio que fue el primer paro general del año. Promovimos jornadas de protesta con clases públicas, radios abiertas y afichazos. Participamos de la Marcha de Antorchas el 17 de mayo y de la Marcha Educativa el 23 de mayo. Durante una semana entera a comienzos de julio realizamos un plebiscito que se replicó en todas las universidades del país en la que se definió por más del 85% el No inicio del segundo semestre. En la UNGS el no inicio se extendió desde el 6 hasta el 25 de agosto, durante 3 semanas continuas. Mientras estuvimos de paro realizamos múltiples actividades con el conjunto de la comunidad universitaria: pintadas de banderas, banderazos, y dos marchas a nivel local. La primera fue una caminata desde la UNGS hasta la Estación Lemos el 13 de agosto, que preparó las bases para una marcha histórica el 23 de agosto. Ese día más de 3000 personas nos movilizamos desde la UNGS hasta la Plaza San Miguel. Quienes conocen la historia de este partido nos aseguran que desde 2001 no se veía tantas personas movilizadas en la región. Definimos en asamblea levantar el paro desde el lunes 27/08 con el objetivo de realizar una gran convocatoria a la Marcha Universitaria del jueves 30 de agosto, día en el cual también paramos. Conseguimos el objetivo, ya que desde la UNGS partieron 14 micros hacia la Capital Federal y la columna de la UNGS fue probablemente la más grande de toda la historia de nuestra universidad. Nos acordaremos de ese día por muchas razones, por la masividad y, sobre todo, por la persistencia necesaria para no abandonar la calle ni por un minuto, a pesar de una lluvia torrencial que logró calar hasta los huesos.

Clase pública en la Plaza de San Miguel – 23/08/02018

Permítanme una breve disgresión: esa persistencia tiene una larga historia en nuestro país y muchos ejemplos, pero el que se nos aparece más rápidamente es el de las Madres y las Abuelas de Plaza Mayo. Este año los pañuelos blancos y los pañuelos verdes se conectaron de una manera especial, conectaron historias de lucha, de persistencia, de tenacidad. Y aunque sea difícil todavía evaluar las razones que explican la actualidad del movimiento feminista, hoy tiene una potencia inusitada que articula esas muchas persistencias (no sólo la de las Madres y Abuelas, sino también la de las muchas feministas que hace añares vienen luchando) con la masividad (una masividad que, por supuesto, no es monopolio del movimiento feminista, sino que fue característica de la Marcha Federal o de la Marcha contra el 2×1). Y en este mundo de imágenes e inmediatez, se nos aparecen, entonces, las imágenes y las experiencias de las dos vigilias por el aborto legal, seguro y gratuito (educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir), la primera ante un frío de 4 grados el 13 de junio cuando conseguimos la media sanción en la Cámara de Diputados después de más de 20 horas de debate; la segunda bajo otra lluvia torrencial el 8 de agosto cuando la Cámara de Senadores rechazó el proyecto. Para muchas la Marcha Universitaria y las Vigilias por el Aborto Legal son experiencias íntimamente conectadas, tal vez por la lluvia, tal vez por el frío, tal vez por la persistencia y la masividad. Acá termina esta disgresión que tal vez no lo sea tanto, porque las mismas que luchamos por el aborto legal estamos en la lucha en defensa de la universidad pública como derecho, en las ollas populares en Moreno, y en tantos lugares más. Somos compañeras y compañeros luchando a la par, muchas somos mujeres, muchas somos feministas.

Continúo donde me quedé. Dicen que la marcha del 30 de agosto convocó casi medio millón de personas en CABA, y quién sabe cuántas más en cada una de las ciudades del país (bendito centralismo) donde se realizaron también marchas multitudinarias. Ante semejante movilización, el gobierno se vio obligado a superar la oferta del 15% que hasta entonces sostenía de modo intransigente y otorgar entre un 24 y un 26% (de acuerdo a las categorías, como ya señalamos). La oferta realizada contenía 10 puntos más de lo que hasta ese momento habían ofrecido a otros gremios estatales (y de lo que muchos otros gremios habían acordado bajo la pauta del 15%). Cada uno de esos puntos no son la mera actualización de la oferta realizada en abril (y también en agosto!), sino que son el producto, como vimos, de una lucha larga y sostenida. Sin embargo, es necesario reconocer que el mismo día que conseguimos esa “conquista”, se diluyó en una corrida cambiaria que todavía no parece haber tocado techo (el 29 de agosto el valor de un dólar era de 31,9 pesos). Más aún, las políticas de ajuste en términos macroeconómicos, y en especial hacia el sector público, se han profundizado, degradando ministerios, aumentando los despidos y generando una recesión cada vez más pronunciada como medida antiinflacionaria. Insistimos en que no llegamos a esa marcha universitaria de un día para el otro. Fue un gran esfuerzo de muchas y muchos haciendo paros, múltiples medidas de agitación, un gran esfuerzo gremial de coordinación y de toda la comunidad, aún a costa de resentir el funcionamiento institucional que, como sabemos, constituye nuestra propia base de sustentación social, gremial y política.
Entonces, rechazamos la paritaria porque recorta poder adquisitivo, porque tiende a la fragmentación de nuestros salarios con adicionales no bonificables, porque evaluamos que habíamos llegado al punto más alto de este ciclo de movilización que era necesario capitalizar así como estaba, antes que se desintegre con el correr del tiempo, y porque no cerrar la paritaria de los docentes universitarios era un aporte mucho mayor para minar las bases de apoyo social del proyecto político que hoy nos gobierna. Y vale advertir, al mismo tiempo, que el cierre de la paritaria no constituye la imposibilidad de seguir construyendo ese escenario, por ejemplo, en la disputa por la Ley de Presupuesto 2019.

Marcha desde la UNGS a Plaza de San Miguel – 23/08/02018

En este marco, el resultado puede dar la impresión de un fracaso. Pero vale la pena tener en cuenta dos cosas, para que no sea la única palabra que quede en nuestros oídos y, sobre todo, en ese lugar con muchos nombres de donde sacamos fuerzas para seguir ante las adversidades que se nos presentan. En primer lugar, y no nos cansamos de repetirlo a quien quisiera escuchar, nuestra lucha nunca fue solamente por el salario, sino también por el presupuesto (subejecutado, recortado, etc). Y como saldo de la lucha, en agosto llegaron a todas las universidades nacionales, finalmente, las partidas de los gastos de funcionamiento que el Ministerio de Educación de la Nación no depositaba desde comienzos de año con un retraso de 6 meses. En segundo lugar, y esto es tal vez lo más importante, el saldo es positivo en términos de organización y movilización. El valor de esta organización depende, otra vez, de la caracterización que hagamos de la lucha en la que estamos involucrados. Pero de aquí se sigue, entonces, que no basta con nuestra sola movilización y exige una coordinación que supera a los gremios universitarios, nuestra fuerza por sí misma no alcanza para quebrar la política de este gobierno hacia el conjunto de los trabajadores y las trabajadoras. No es cuestión de indagar sobre nuestra capacidad de lucha, más bien se trata de reconocer que el tipo de lucha en la que estamos involucrados requiere de múltiples actores y articulaciones, y de que solos no podemos (nadie puede).

Desde ADIUNGS estamos convencidos que la universidad pública como derecho de cualquier individuo sin distinción de clase, y del pueblo argentino como derecho colectivo, que la ciencia y la tecnología como parte de un proyecto soberano, y los salarios justos para docentes e investigadores, sólo podrán conseguirse como parte de un proyecto colectivo que abarque al conjunto de los trabajadores y las trabajadoras. Es decir, como parte de un proyecto político que logre sacar del gobierno a la Alianza Cambiemos. No queremos decir con ello que es necesario un alineamiento partidario por parte de las organizamos gremiales (cada afiliado y gremio puede abonar a diferentes perspectivas de acuerdo a sus convicciones y evaluaciones). Sino más bien que desde cada una de nuestras organizaciones de trabajadores y trabajadoras debemos aportar para construir las condiciones para que la superación del gobierno actual sea exitosa, exitosa para ese gran nosotres, un nosotres tan difícil de nombrar y, por ende de construir, hay quienes solemos nombrarlo pueblo (sí, nosotres, porque justamente se trata de no excluir). Por consiguiente, cabe reconocer que fue un gran esfuerzo realizado, más allá de los resultados sectoriales obtenidos.

Es importante también subrayar que la evaluación política que hasta aquí hicimos no implica, ni por un solo momento, abandonar la agenda gremial a nivel nacional y a nivel local. Precisamente porque es también a través de ese trabajo gremial como se fortalece nuestra organización. Por ello, para cerrar esta nota que intenta realizar un balance del 2018, les propongo hacer un repaso de los logros conseguidos y de la agenda que tenemos por delante.

  • Desde fines de 2017 y durante todo 2018 continua la adecuación a la grilla salarial del CCT sin que ningún docente vea afectado su salario en su cargo actual, ya que quienes tienen un salario mayor al que les correspondería por CCT, permanecen en la grilla salarial de la UNGS hasta el momento en que deje de ser beneficioso (o promocionen).
  • Continua el proceso de desprecarización laboral: a fines de este año estaremos firmando la paritaria para que en marzo de 2019 se realice la última tanda de conversiones de cargos MAF a cargos de dedicación simple. Vale aquí aclarar que algunos docentes permanecerán con contratos MAF: quienes están jubilados, quienes no alcanzan las 6 horas promedio anual por semana (en estos casos, cada instituto debe hacer todos los esfuerzos posibles para que se alcance esa cantidad de horas y así poder reconvertirlo a un cargo de dedicación simple). Este logro es especialmente valioso en el presente contexto, ya que consolida la planta docente que el Ministerio debe financiar, y nos coloca como universidad en una situación de menor vulnerabilidad ante las políticas de subejecución y ajuste (recordemos que algunas de las universidades que debieron declarar la emergencia presupuestaria tienen a la mayor parte de su planta docente precarizada).
  • Inauguramos la Sala de Docentes en la esquina del Módulo 4 equipada con 6 computadoras y abierta de 10 a 20hs. ADIUNGS puso a disposición este espacio para todos los docentes, respondiendo así a una demanda más que legítima, ya que una gran cantidad de docentes no cuenta con oficina.
  • Reglamentamos la Licencia por Razones de Estudio (artículo 49 inciso e del CCT) con la constitución de un fondo específico equivalente al fondo para las licencias por año sabático, priorizando a aquellos docentes que deben finalizar la escritura de las tesis de posgrado.

Como parte de la AGENDA que tenemos por delante podemos mencionar los siguientes temas, que deberán ser tratados por paritarias particulares (algunos de forma más urgente y antes de fin de año, otros a mediano plazo):

  • Deberemos acordar en qué casos la universidad podrá realizar contratos para que esta práctica resulte excepcional y no se convierta en una nueva política.
  • Criterios para la creación de cargos de dedicación simple, con el objetivo de conservar el perfil de docencia e investigación que tiene nuestra universidad13
  • Reglamentación del artículo 14 del CCT sobre cobertura de cargos vacantes.
  • Debate sobre la carrera docente (ya tenemos estabilidad, pero debemos discutir las promociones).
  • Evaluación Periódica Individual Docente para los docentes de dedicación simple y para los docentes de la Escuela Secundaria (lo que implicará un debate sobre cómo se evalúa la docencia).
  • Acordar el Día del Docente Universitario.

El 16 de abril de 2014 los paritarios del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional que agrupa a los Rectores y Rectoras) y de las federaciones de docentes universitarios firmaron el primer Convenio Colectivo de Trabajo para los docentes universitarios. El 1ero de julio de 2015 se publicó en el Boletín Oficial. Este CCT fortalece nuestras organizaciones sindicales en general, y en particular a través de su artículo 70 que dice que la Comisión Negociadora de Nivel Particular entenderá en a) El tratamiento de las cuestiones que han sido encomendadas en el presente convenio a las Instituciones Universitarias Nacionales. b) La interpretación y negociación de las materias no tratadas a nivel general. c) Las materias que respondan a las necesidades y particularidades específicas de cada universidad.

Esta letra escrita nos habilita, pero es la práctica concreta la que le ha dado vida para avanzar en mejores condiciones y en más derechos para las y los trabajadores docentes. Eso es lo que nos proponemos seguir haciendo. En noviembre de este año tendremos una instancia más para ratificar la convicción de que nuestra organización se fortalece a través de la participación en cada una de sus instancias, y así como celebramos que durante todo 2018 cada asamblea era más numerosa que la anterior, invitamos a afiliados y a afiliadas a participar de las elecciones para comisión directiva y delegados congresales a la federación para el período 2018-2020. Y si todavía no se afiliaron aún, ahora es cuándo! El 2019 se avizora aún más intenso que este, y vamos a necesitar nuestras organizaciones más fortalecidas que nunca a través de la participación.