Número 14
Cultura
El fantasma de “El matadero” en el gobierno de Juntos por el Cambio
o Cambiemos o Alianza PRO+UCR+CC
Intentaremos esbozar un análisis sobre de qué manera y a grandes rasgos como se aplicaron y aplican las políticas culturales de los gobiernos de cambiemos tanto en la Nación como en la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y la municipalidad de San Miguel.
Para ello nos centraremos en una vieja disputa, que consideramos central y que consiste en aquella operación de naturalización en donde aquellos que entienden que el acceso a bienes y producciones están marcados por la incuestionable existencia de un don o un merecimiento, un mérito casi natural e incuestionable o, en su defecto, un beneficio que le correspondería por su origen social, el color de su piel, su historia o su condición socioeconómica frente a los demás y su contraparte que entiende a las necesidades y a los deseos como parte de aquellos derechos a ser conquistados y que para poder cumplir con ese objetivo hay que desmantelar cualquier intento de esconder a eta operación de naturalización.
En este sentido, no nos explayaremos demasiado sobre lo que planteó Carlos Marx sobre el mecanismo de naturalización pero si lo retomaremos para ensamblar a esta teoría con la tesis que Ricardo Piglia planteara en cuanto a la fundación literaria argentina en donde enuncia que en nuestra literatura conviven dos inicios o modos de dar comienzo a la construcción de los relatos en la Argentina, uno que puede entenderse a partir del Facundo de Domingo Faustino Sarmiento y el otro que se enraíza en “El Matadero”, un cuento inédito por el temor que lo acompañó hasta la muerte a su autor.
De este segundo momento iniciático es que nos vamos a basar para tratar de entender la forma en la que concibe la relación entre dones y usurpaciones el actual gobierno de cambiemos en los cuatros espacios que analizaremos y que podemos hacer extensiva, de algún modo, a un sector de la población argentina.
Bien, si llegaron hasta acá, creo que pueden preguntarse ¿Por qué citamos esta idea de inauguración de la literatura y de la perspectiva sobre las prácticas culturales en la argentina y además de todo, por qué lo ligamos con el concepto de naturaleza e historia?
Ok, si se hicieron esta pregunta, intentaremos ensayar una mínima respuesta que sirva como disparador posterior a que a partir de un menú de dispositivos con los que aspiraremos identificar una serie indicadores que puedan dar cuenta del desarrollo y objeto de esta políticas culturales y, que entendemos, se encuentran en un profundo diálogo con latencia echeverriana entre lo que supuestamente ocurre y lo se presiente como inminente, aquello que está por llegar pero que nunca acontece y sirve como herramienta organizadora desde el temor aluvional y bestial, que se combina con esa cuestión de entender que hay sujetos que son receptores naturales dones y méritos frente a otres que parecen ser simples usurpadores que esperan atacar sin más.
A partir del cruce entre la perspectiva del mundo desde ese aleph echeverriano y el mecanismo de naturalización que opera en la perspectiva del avance del capital, parte de la burguesía argentina y particularmente de los sectores que habitan los conglomerados urbanos vemos como gran parte de las políticas públicas están orientadas al temor de que los sectores populares se “vengan” a ocupar los lugares que entienden que naturalmente les corresponde, pero también que son parte de una gracia indiscutible y única que les corresponde a ellos y a nadie más.
A partir de esta enunciación, intentaremos vincularla a una serie de acciones y políticas públicas que durante los últimos cuatro años significaron una sucesión de retrocesos y reducciones significativas en cuanto a la producción y circulación de bienes culturales y artísticos y a lo que en la enunciación y en las prácticas estaba y está planteado como un derecho.
Algunos de estos derechos, que se enmarcan en lo que se entienden como derechos económicos, sociales y culturales, pueden sintetizarse en el derecho a la comunicación, a la libertad de expresión o a la circulación y acceso de producciones artísticas y culturales.
Volviendo a la idea de Echeverría podemos preguntarnos: ¿A que nos referimos cuando decimos que las políticas públicas de Juntos por el Cambio durante estos casi cuatro años de gestión estuvieron emparentadas con la perspectiva echeverriana de “El Matadero?
En principio volvemos sobre una cuestión que va a sobrevolar tanto en Echeverría como en otros autores literarios, periodísticos y políticos que es aquel temor a la llegada del malón, de la chusma federal, de lo que denominaban como la barbarie frente a la sofisticación, cada vez más tilinga, de los sectores que reproducían y reproducen prácticas y perspectivas culturales que intentan negar la característica de dialogo y complementación del propio territorio.
A esto se le suma la llegada de ese malón que nunca termina de arribar y que no tiene anclaje en hechos reales sino que sobrevuela a manera de promesa catastrófica y aterradora como lo hacen los mitos del pombero o del cuco en que te decían “sino tomás la sopa viene el cuco y te va a llevar”.
En “El Matadero” un ejecutor inexistente llamado Matasiete y la “chusma” se encargan de un “sofisticado” joven unitario y todo ello ocurre sin que nada de eso ocurriera en la realidad y lo podemos asimilar a varios ejemplos como cuando la actual referente de la Alianza gobernante Carrió gritaba que los jóvenes de los barrios populares venían armados e iban a atacar a la “gente del campo”, algo que nunca ocurrió pero que sirvió como amalgamador de todo ese temor por lo que podría estar llegando y por el peligro que traían consigo la emergencia de sectores populares a una superficie que suponían como ajena.
En este sentido se puede combinar con el mecanismo de naturalización que adelantábamos en algunos párrafos antes en tanto a esa construcción del mito de los merecimientos y de la “innecesaria” posibilidad de acceso.
En algunos ejemplos podemos encontrar la condensación del temor y del desprecio y la asignación de barbarie como por ejemplo aquella que rezaba sobre que los llamado “cabecitas negras” hacían el asado con el parquet de las casas y departamentos a los que accedían por los planes de vivienda del peronismo o los programas como el plan Qunita o Conectar Igualdad que significó el acceso a la conectividad de miles y miles de niñes y jóvenes pero que era visto como un gasto innecesario y desproporcionado que en cuanto pudieron lo cortaron planteando que ese plan era “como repartir asado sin tener la parrilla” (M. Macri, 2019).
Es decir que en el mismo temor al otro, atribuyen una serie de indecibles acciones que nunca terminan por concretarse. Para terminar con esta primera parte del artículo vamos a citar un fragmento, casi del final del cuento de Echeverría que grafica también el propio destino de esta acción de odio y temor de la clase a la que el autor representaba:
“—Primero degollarme que desnudarme, infame, canalla. Sus fuerzas se habían agotado. Inmediatamente quedó atado en cruz y empezaron la obra de desnudarlo. Entonces un torrente de sangre brotó borbolloneando de la boca y las narices del joven, y extendiéndose empezó a caer a chorros por entrambos lados de la mesa. Los sayones quedaron inmóviles y los espectadores estupefactos.
—Reventó de rabia el salvaje unitario —dijo uno.
—Tenía un río de sangre en las venas —articuló otro.
—Pobre diablo: queríamos únicamente divertirnos con él y tomó la cosa demasiado a lo serio —exclamó el Juez frunciendo el ceño de tigre—. Es preciso dar parte, desátenlo y vamos. Verificaron la orden; echaron llave a la puerta y en un momento se escurrió la chusma en pos del caballo del Juez cabizbajo y taciturno. Los federales habían dado fin a una de sus innumerables proezas.”
Esteban Echeverría, 1967.
En un hecho que jamás ocurrió y, que además, el autor no publicó por temor a las supuestas represalias de Rosas, fue publicado años después de su muerte, luego del hallazgo de su amigo, Juan María Gutiérrez que se encontraba revisando papeles en el Uruguay, donde Echeverría paso sus últimos años de vida, y que como el joven unitario, murió desangrado de odio y con el temor latente de lo que presentían que en cualquier momento podía ocurrir pero que nunca pasó.
Luego de esta introducción, vamos a observar algunas de las decisiones vinculadas con las políticas públicas en el área de Cultura que fueron desplegándose o recortándose a lo largo de estos últimos casi cuatro años.
Para ello iremos recorriendo las cuatro gestiones que mencionamos en un principio (Nación, ciudad y provincia de Buenos Aires y al municipio de San Miguel) e intentaremos entrelazar algunas políticas que atraviesas a más de una jurisdicción para observar efectos y dimensiones de lo producido a lo largo de estos años de macrismo.
En principio vamos a hacer referencia a una decisión que tomo el gobierno nacional pero que ya habían anunciado en su gestión en la ciudad de Buenos Aires, cuando al comienzo de esta década el entonces Jefe de Gobierno Mauricio Macri junto a Soledad Acuña decidieron darle otro sentido a la orquestas infanto juveniles de la ciudad y en el proceso de desmantelamiento y de tutelaje empresarial, la actual ministra de educación de la ciudad manifestó que no entendía para que les daban a esos “pibes un oboe si se los fuma(ba)n acá en la esquina”.
Les niñes que accedían en la ciudad a las orquestas eran habitantes de barrios populares como Villa Lugano, Constitución, Villa 31 o Bajo Flores y luego del proceso de desmantelamiento comenzado en los inicios de la década del diez llevaron a reducir la cantidad de orquestas y a estar funcionando con un sistema mixto con un estado corriéndose sistemáticamente.
Cuando miramos que es lo que ocurrió en nación de la mano de Macri y sus dos ministros de educación Esteban Bullrrich y Alejandro Finocchiaro vemos que la cosa fue aún peor, dado que desconociendo el valor del entramado que se había organizado a nivel nacional con la política de experiencias de formación e intercambio entre directores, docentes y estudiantes de los coros y orquestas juveniles lo primero que hicieron fu desfinanciarlo y luego de ello plantearon el desmantelamiento efectivo de las agrupaciones musicales a partir de definir qué remitirían la responsabilidad de la gestión de los más de 20.000 niñes, las 150 orquestas y los 160 coros infanto-juveniles a las provincias y que estas decidirían cual sería el perfil y si continuarían trabajando en el mismo sentido. A esto se le agregó el detalle de que dejaron inactivas materialmente las partidas para financiar las orquestas y que quedó como responsabilidad directa de cada uno de los distritos el funcionamiento de las mismas.
En algunas provincias como en la de Córdoba la misma se hizo cargo de las orquestas que estaban funcionando con la tutela de la Universidad de Córdoba, pero las que funcionaban en la provincia de Buenos Aires fueron desmanteladas casi en su totalidad, como por ejemplo los dos coros y las dos orquestas que funcionaban con la coordinación de la UNGS o quedaron sujetas a un proyecto de crowdfounding como la de la Isla Maciel en Avellaneda, en donde juntaron dinero por internet para sostener temporariamente la orquesta.
En el mismo sentido de quita de derechos vimos cómo se produjo el pasaje del proyecto de Tecnópolis a lo que denominaron como Tecnópolis Federal en donde, y sólo a modo de ejemplo de qué manera se pensó esta idea de acceso, el día 2 de septiembre de 2017 transportaron a niños de la escuela 128 de Rinconadillas en un camión frigorífico en el que tuvieron que ir envueltos en frazadas para no sufrir descompensaciones por la temperatura para participar de la inauguración en la provincia de Jujuy.
En el mismo sentido, el entonces senador Sanz había dicho lo siguiente con respecto al cobro de la Asignación Universal por Hijo: “En el Conurbano bonaerense la asignación universal por hijo, que es buena, en términos teóricos pero se está yendo por la canaleta de dos cuestiones, el juego y la droga. Usted advierte del dos al diez de cada mes (cuando se liquida la asignación) como aumenta la recaudación de los bingos y de los casinos y, como se nutre el circuito ilegal de la droga a través de la plata que recaudan los famosos dealers de la droga”.
Es decir que ese temor a una posibilidad que sienten latente como el gasto directo en drogas y juegos a partir del acceso que producen los planes del estado o esa afirmación que hiciera González Fraga sobre que le habían hecho “creer a un empleado medio que podía comprarse celulares e ir de viaje al exterior”.
En definitiva, tanto la situación narrada sobre Tecnópolis, lo que mencionamos sobre les beneficiaries de la AUH, o el acceso al consumo por parte de la masa de trabajadores o las orquestas juveniles, entendemos que se enmarcan en la mirada echeverriana y naturalizadora que enunciábamos antes y que puede ponerse en diálogo con lo que podíamos ver durante los años previos a la asunción de Juntos por el Cambio al gobierno en tanto que definían a aquelles participaban de las actividades en Tecnópolis como Negropolis y a quienes percibían cualquier tipo de asignación estatal como las becas progresar, las netbooks, las beneficiarias del programa Ellas Hacen o aquelles que participaban del Plan Fines como “choriplaneros” o los “negros que (vivían) del estado” por lo que en cuanto asumieron los planes que continuaron fue en el marco de un claro desfinanciamiento y destrato, entendiéndolos como una limosna y no como una política estatal vinculada con un derecho y que en la mayoría de los casos fueron discontinuados, dados de baja o congelados con una inflación acumulada durante el período de gobierno, de poco más del 180% (IPC-Congreso).
Para terminar con este breve artículo y en el que describimos algunas cuestiones vinculadas con la perspectiva cultural, sumaremos la situación de los espacios y las propuestas artísticas y de formación vamos a observar algunas cuestiones vinculado con lo artístico.
Teatros
A modo de ejemplo vamos a citar la situación de dos espacios escénicos en particular que son el Teatro Argentino de la Plata y el Teatro Presidente Alvear en la ciudad de Buenos Aires, uno dependiente de la provincia y otro de la ciudad de Buenos Aires. En mayor o menor medida la situación en cuanto a los esquemas de producción a la programación, la situación de la planta de empleados y en algunos casos a la estructura edilicia se encuentran en la misma situación.
Teatro Alvear: Cerrado desde el 24 de mayo de 2014, es decir hace más de cinco años y que previamente había producido con presupuesto público teatro comercial, en un formato que repetiría luego con oras obras en distintos espacios públicos y que venía desarrollando desde el gobierno de la ciudad conducida originalmente por Mauricio Macri y continuada por Horacio Rodríguez Larreta.
Aquí debemos señalar una particularidad, dado que frente al reclamos de teatristas y vecines por la reapertura del mismo, el día 18 de abril de 2019 realizaron una simulación de reapertura en la inauguración de la remodelación de un tramo de la avenida Corrientes, en donde dejaron inaugurados algunos de los tubos de luz de led ubicados en el foyer del teatro, pero sin mostrar avances algunos en el resto del teatro quedando una nueva fecha de supuesta inauguración para el mes de mayo de 2020 (es decir y en el mejor de los casos, seis años después del primer cierre).
Teatro Argentino de La Plata: Desde la asunción de la gobernadora Vidal el Teatro Argentino de la Plata esta casí parado y la sala Ginastera (su sala principal) sin programación estable con una oferta repartida en distintos teatros de la ciudad de Buenos Aires tanto públicos como la Usina del Arte dependiente del Gobierno de la Ciudad, el Centro Cultural Kirchner (a cargo del estado nacional) o el Teatro Coliseo (de capitales y explotación privada) remitiendo una muy pequeña programación en la ciudad de La Plata al Teatro Coliseo Podestá y sin circular por los distintos espacios y teatros que existen en la provincia de Buenos Aires.
A esto se le suma es desfinanciamiento de los cuerpos estables, la falta de producción sostenida y el estado calamitoso del teatro público más importante de la Provincia de Buenos Aires.
El actual secretario de Cultura de la Nación y antes Ministro de la misma cartera dijo que había tenido el “coraje y (la) audacia política” al haber “echado a 1600 empleados”.
Cuerpos estables y plantas de trabajadorxs
En un mismo sentido se produjo el desfinanciamiento de todos los cuerpos estables dependientes de dicha secretaría como el Ballet Folklórico Nacional, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, los coros nacionales de Niños y de jóvenes, el Polífonico y el Polífónico de Ciegos, las orquestas sinfónicas tanto la Nacional como la Nacional de ciegos y la de música popular Juan de Dios Filiberto significando en algunos casos la falta de programación y la imposibilidad de circulación y presentaciones en el país y en otros casos la falta de llamados para nombramientos en los distintos cuerpos.
En un mismo sentido paso algo similar en la provincia de Buenos Aires en donde por ejemplo no se programó para ningún momento de 2019 (por lo menos hasta ahora) al coro de niños de la provincia y el resto de los elencos casi no tuvieron programación fija. En cuanto a los programas de promoción del arte y la cultura el programa Puntos de Cultura fue reducida a su mínima expresión y la experiencia de orquestas de música popular que existían antes de la asunción del gobierno de cambiemos y que la UNGS por ejemplo contaba con una orquesta de música popular y agrupación de cuerdas que fue desfinanciada por la nación al igual que todas las orquestas del país y que logró sostenerse por el esfuerzo de la propia Universidad frente al abandono del entonces ministerio de Cultura.
En cuanto a la ciudad de San Miguel vamos a mencionar sólo algunas cuestiones en cuanto a la falta de financiamiento y de mantenimiento edilicio de las Escuelas Terciarias de Arte, fundamentalmente la Escuela Municipal de Teatro Leopoldo Marechal que no cuenta con edificio propio y la Escuela Municipal de Artes Visuales de San Miguel con graves problemas edilicios, el cierre sistemático y la persecución a los espacios culturales y artistas callejeros que se encuentran en el municipio.
En definitiva los últimos cuatro años de los distintos gobiernos de cambiemos por un lado cuentan con un uso sistémico en cuanto a los procesos de desfinanciamiento de los distintos componentes artísticos y culturales del estado pero además y fundamentalmente, un profundo desprecio por la cosa pública y un desentendimiento de las responsabilidades como estado.
Entendemos que esto se puede identificar a partir de esta matriz echeverriana en la que lo que para los sectores vinculados con la perspectiva nacional y popular es el de entender al estado como una herramienta para asegurar y velar por los derechos erguidos de una necesidad los miembros de cambiemos lo ven como privilegios y bienes que se entienden como transables y con ello entienden que no están obligados a garantizar ningún derecho.