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¿Qué pasa con los vouchers?
La cuestión educativa siempre es tema de debate: en los medios, en las redes, en las campañas electorales, y sobre todo en las familias cuando tienen que decidir la educación de sus hijos.
Y en ese aspecto, si bien siguen existiendo muy buenas escuelas tanto estatales como privadas, la realidad actual es que tanto la escuela secundaria como primaria en general no gozan de muy buena salud, y quiénes tienen la posibilidad, con sus honrosas excepciones, eligen para sus hijos las escuelas de gestión privada, que tienen mejor prensa.
Entonces la propuesta del voucher educativo, que en este caso es una propuesta desde La Libertad Avanza, suena de maravilla para todos aquellos que quisieran mandar a sus hijos a escuelas de mejor calidad. ¿En qué consiste? Básicamente en cambiar quien recibe el dinero para el financiamiento de la educación.
Hoy el presupuesto de la enseñanza primaria y secundaria lo gestiona cada provincia. El Estado provincial se encarga de pagar los salarios del personal docente y nodocente de cada escuela de gestión estatal, de las cuestiones edilicias de los establecimientos educativos, etc, y también se encarga de subsidiar a algunas escuelas de gestión privada; subsidio que va para pagar los sueldos del personal docente de esas escuelas.
El voucher invierte la ecuación: el Estado, en lugar de utilizar ese dinero para el sueldo de los docentes, gastos de energía eléctrica, agua, etc, se lo da a cada familia con hijos en edad de escolaridad obligatoria, y ese dinero lo aporta a la escuela que elige, cuyas autoridades lo recibirán para administrarlo de la mejor manera posible, y serán ellas las que se encarguen de pagar sueldos, mantener las aulas, pagar los servicios, etc.
Mientras más alumnos tenga una escuela más dinero recibirá y se producirá una especie de libre mercado en la educación.
Esta idea no es nueva, ya la propuso el economista ultra liberal Milton Friedman en el año 1955, la retomó Margaret Thatcher (la misma que mandó a matar a nuestros chicos de Malvinas que jamás olvidaremos y es una referente del candidato a presidente de LLA) en 1974, pero cuando asumió el gobierno nunca la pudo implementar debido a que en ese país se impuso siempre el criterio de la enseñanza obligatoria.
Justamente, si queremos que todos los chicos tengan acceso a la educación, el voucher es un proyecto inviable, y solo con el intento de aplicarlo provocará mayor desigualdad y el cierre de escuelas. Veamos cómo sería:
Comenzamos diciendo que el voucher educativo tendrá el mismo valor para todos los alumnos, pero la cuota de las escuelas privadas no ¿O acaso vamos a pensar que ese voucher va a servir para que una familia que no llega a fin de mes mande a sus hijos a una escuela privada que sea de elite? No hace falta que yo aclare la respuesta.
Esos vouchers van a alcanzar para que mandemos a nuestros hijos a una escuela estatal cercana, y si queremos una escuela con más prestigio deberemos pagar una diferencia. Quienes quieran ir a ORT tendrán que pagar un dinero y quienes quieran ir al Cardenal Newman tendrán que pagar mucho más.
Hasta aquí no hay ninguna diferencia con lo que sucede en la actualidad, con el no tan pequeño detalle que las escuelas de gestión privada que hoy reciben subsidios del Estado provincial dejarán de recibirlo, y por lo tanto la cuota será más cara.
O sea que ni ahora ni cuando se aplique este proyecto, el hijo de alguien que apenas llega a fin de mes concurrirá a esas escuelas. Y si hoy unos pocos hijos de laburante van a una escuela privada de “medio pelo” para arriba es porque consigue una beca dado que esa escuela está subsidiada por el Estado (nunca escuché a nadie quejarse de los subsidios a la energía y al transporte público) y por lo tanto está obligada a otorgar unas pocas becas.
Pero ¿qué va a pasar con esas escuelas que van a dejar de recibir el subsidio y recibirán el voucher? ¿A cuánto se irá la cuota? ¿Seguirá manteniendo a sus becarios? ¿A cuánto se irá la cuota mensual? ¿qué pasará con las escuelas de gestión estatal, que tendrán que pagar sueldos, el gas, y demás gastos, dado que solo recibirán el dinero de los vouchers?
Como va a regir la ley del mercado de la oferta y la demanda, lo único que va a crecer es la desigualdad pues empezará a haber limitaciones de todo tipo. En las empresas privadas, que se rigen por la oferta y la demanda, sus gerentes y especialistas buscan la manera que sus productos se vendan lo más que se pueda. Es por eso que las empresas los contratan por su formación previa y su experiencia en el campo de los negocios. Pero en este caso estamos hablando de escuelas, cuyas autoridades y personal en general se formaron en pedagogía y en sus especialidades y no saben de marketing. De hecho, no tienen porqué saberlo. Su función es otra: nada más y nada menos que enseñar a leer y escribir, ciencias, historia, geografía, etc. Sin importar si educar a nuestros hijos es un negocio o no.
Por lo tanto, como con este sistema se verán obligadas a competir, las autoridades pasarán a gerenciar una empresa educativa en detrimento de su gestión pedagógica. O sino harán lo que hacen algunas escuelas privadas, que justamente son empresas educativas: contratar especialistas en “marketing educativo”. En el primer caso, objetivamente bajará la calidad educativa de la escuela, en el segundo: al contratar más personal se tendrán que bajar los sueldos, o como el voucher no va a alcanzar, habrá que pagar una cuota extra.
Supongamos que eso no sea una dificultad y que todas las escuelas sepan cómo gerenciarse, la cosa sigue siendo inviable. Pongamos un ejemplo hipotético comparando dos escuelas primarias: una con una división por grado (si es en CABA tiene 7 aulas) y otra con 2 divisiones por grado (tiene 14 aulas). Una recibirá la mitad de alumnos que la otra, por lo tanto recibirá la mitad del dinero de los vouchers. Hasta aquí es todo proporcional. Pero resulta que las 2 escuelas tienen una sola directora. Las 2 escuelas tienen un solo espacio para el laboratorio de informática. Las 2 escuelas tienen una sola puerta de entrada, y así tantas otras cosas que hacen que el gasto de la escuela más chica no es exactamente la mitad que el de la otra escuela. Es algo mayor que esa mitad. Y si quiere tener mayores ingresos tendrá que conseguir más alumnos, pero como no tiene más espacio edilicio para crear más aulas, las que tiene se van a superpoblar y por lo tanto disminuirá la calidad educativa. Y si no quiere bajar el nivel educativo necesitará más recursos pues lo ingresado por los voucher no le va a alcanzar. ¿y de dónde saldrán esos recursos? obviamente: de las familias de los chicos. ¿Y qué va a pasar con quien hoy no pueda pagar? deberá buscarse una escuela que solo le acepte el dinero del voucher, que como acabo de explicar, será de inferior calidad.
Ahora pongamos un segundo ejemplo. Supongamos que tenemos dos escuelas de enseñanza media que tienen la misma cantidad de alumnos, por lo tanto, a ambas les va a ingresar el mismo dinero de los vouchers. Pero resulta que una escuela forma bachilleres en ciencias exactas y el otro tiene la modalidad de técnica en electrónica. Ambas escuelas se esforzarán por tener buenos laboratorios de física y química, pero la escuela técnica tendrá que tener un taller para el contraturno, un laboratorio de automatización y todo lo relacionado a las tecnologías actuales del rubro si pretende ser una escuela de calidad. ¿Con qué dinero lo harán si el voucher es el mismo para todos? Entonces pueden pasar dos cosas. La primera es que quienes quieran ir a una escuela técnica tendrán que pagar un adicional (o sea: una cuota como en las privadas y quien no tenga ese dinero tendrá que ir a una escuela que no quiere), la segunda es que la escuela técnica no tendrá como mantenerse, bajará su calidad educativa, tendrá menos alumnos, y como pasa con las leyes del mercado cuando algo no es rentable, probablemente tenga que cerrar sus puertas.
¿Qué va a pasar con las escuelas que se encuentran en zonas poco pobladas? ahí no hay manera que rija la oferta y la demanda. Esas escuelas ya corren con desventaja pues, debido a la poca cantidad de gente que asiste, lo recaudado será ínfimo y no alcanzará siquiera para cubrir los sueldos del personal docente, y entonces su salario será, objetivamente, aún peor. Estos son solo un par de ejemplos que demuestran que el voucher en lugar de mejorar la educación la llevará para atrás unos pasos más.
En los países en los que la educación tiene buenos resultados el Estado está muy presente. Por eso, si no estamos conformes con la educación que reciben los chicos y chicas de nuestro país, lo peor que podemos hacer es quitarle al Estado esa función. Por eso, lo que hay que reclamar es mayor presupuesto para que las escuelas estén más equipadas, sean más seguras, los docentes tengan salarios más dignos y nuestros estudiantes aprendan más y mejor.